6 de agosto 2025. Soca.

Bueno, hoy acaba nuestra visita al Valle de Soca y nos da mucha pena porque sin haberlo planeado, hemos visitado uno de los países que, hasta ahora, más nos ha gustado de Europa... al nivel de Noruega o Escocia, nos ha encantado!! 

De despedida del parking-camping, vemos al rebaño que nos acompaña salir a pastar.. 

Ayer el parking-camping estaba tranquilo, pero hoy nos sorprende la enoooorme cantidad de campers y caravanas que dormimos aquí...

Madrugamos un poco para ir a ver las gargantas del pueblo de Soca, que tienen mucha fama e intuimos que estarán a tope. Por fin vamos a ver esas gargantas cuyo nombres tanto le han gustado a Gemma todo el viaje... Velika Korita y Mala Korita... al final pondremos un breve diccionario con las palabras imprescindibles en Esloveno, de momento adelanto que Korita es Garganta... fácil, no??

Nos sorprende encontrar fácilmente sitio para aparcar en la Velika Korita. El lugar de nuevo es espectacular. En un estrechamiento del río por piedras de origen dolomítico y menos "erosionables" que las calcáreas, por el que el agua azul turquesa se precipita con rapidez... no deja de sorprendernos este color que nos mantiene hipnóticamente mirándolo.. 

Como esta vez no ha habido que realizar grandes ascenso para ver la garganta, decidimos darnos un paseo por un camino que bordea el río. Hace una mañana estupenda y aunque el agua está muy fría, aprovechamos para refrescarnos un poco. 

 

De ahí cogemos el coche para ir a la Mala Korita, o garganta pequeña. Para llegar el GPS nos lleva por equivocación por una pequeña carretera de alta montaña que nos encanta! Allí fotografiamos algunas de las casas típicas eslovenas de alta montaña. Esta gente hasta el tejado lo hacen de madera!!!

También vemos por primera y única vez amapolas, pero la verdad que son preciosas!!

La Mala Korita será menos profunda que la Velika, pero a nosotras nos ha gustado más. El agua del río de precipita en una rápida corriente que arremolina sus aguas turquesas.

De nuevo permanecemos un buen rato en el lugar hipnotizadas por su belleza.

De ahí nos subimos a Trenta por una espectacular carretera de montaña que asciende muchísimos metros. 

Ya de bajada, decidimos parar en Bovec a tomar algo y comprar queso de oveja y partir ya rumbo a España. La vuelta hemos decidido hacerla poco a poco, disfrutando en parte del camino. 

La carretera que nos lleva a Italia desde Bovec es espectacular, así que disfrutamos del entorno antes de parar a dormir en una estupenda área de autocaravanas en Fagagna, un pequeño pueblo, donde dormimos solas. El sitio está genial, con todos los servicios gratuitos gracias al amable ayuntamiento. La pena es que está pegada a una carretera con bastante tráfico.