3 de agosto 2025. Gargantas y Castillo de Tolmin e Iglesia de Javorca
Nos hemos levantado con la calma habitual... la verdad que estamos durmiendo más de 8h todos los días, todo un lujo!! Pensábamos que hoy iba a llover, pero ha salido un día soleado precioso, así que vamos a aprovecharlo!!
Hoy toca comenzar a explorar el Valle del Soca (Socha en Esloveno) y en primer lugar las famosas Gargantas de Tolmin. El Valle del Soča es uno de los rincones más espectaculares de Eslovenia, famoso por el color imposible de su río de un verde esmeralda intenso y por combinar paisajes alpinos salvajes con pueblos de montaña muy pintorescos. Las gargantas de Tolmin son unos estrechamientos de roca dolomitica por la que pasan los ríos Tominca y Zadlascica, que desembocarán en el río Soca que da nombre al valle.
Este es uno de los destinos más concurridos, entre otras cosas por su fácil acceso que atrae a gente de todo tipo y condición. Así que cuando llegamos está superado el aforo y nos toca esperar media hora. No nos importa, porque aprovechamos para dar un paseo con Hiru por la zona y jugar con ella.
A pesar de la enorme afluencia, el destino merece mucho la pena. El color azul turquesa de los ríos es espectacular y el paisaje sobrecogedor. Los dos ríos se unen para formar uno solo antes de desembocar en el Soca.
Al final de una de las gargantas hay una fuente termal, pero no te dejan bajar a comprobar que realmente es así!!
La tarde pretendemos tomárnosla con más calma ya que queremos ir a última hora a nuestro siguiente destino, Kobarid, y buscar sitio para dormir.
Este año, como no habíamos organizado nada del viaje de Eslovenia previamente, hemos usado algo el ChatGPT para organizar el viaje, y como en tantas otras tareas que realiza, con frecuencia te la juega....
Esta vez nos dice que de camino a Kobarid hay dos atracciones turísticas que podemos visitar, el pueblo de Most de Soca y la iglesia de Javorca. Le hacemos caso y, en primer lugar, ponemos en el GPS la iglesia de Javorca.... ya nos sorprende ver que está a más de media hora de camino, pero todavía flipamos más cuando vemos la carretera por la que nos va metiendo... Parece una "single road" escocesa, pero esta vez sin passing places!! Menos mal que apenas hay tráfico, porque es imposible pasar dos coches a la vez y la alternativa que nos circunda es un precipicio vertical...
La tenue luz del atardecer, los densos bosques que atravesamos y el abrupto acantilado hacen del viaje una experiencia excitante, pero como nos encantan estas cosas, no desistimos en el empeño... eso sí, nos extraña mucho que este sea un punto muy turístico en el Valle del Soca.
Cuando alcanzamos ya una considerable altura, vemos un cartel que indica que aparquemos ahí para ver la iglesia. Las vistas son imponentes....
Dejamos pues el coche y seguimos la ruta a pie. Como no estamos ya suficientemente cansadas tras las múltiples escaleras de las gargantas y la subida al castillo de Tolmin, ahora nos encontramos con un empinado ascenso que indica nos llevará 20 minutos...
Cuando alcanzamos la cima, la visión es como poco, impresionante...
La iglesia se denomina del espíritu Santo de Javorca. Iglesia Santuario, situada en el alto del monte, en homenaje a los soldados austrohúngaros muertos durante la Primera Guerra Mundial. En estas montañas hubo un importante frente en la I guerra mundial, en lucha con los italianos. Este frente estuvo activo durante más de dos años y se situaba en las crestas de los montes que les separan de Italia. Un escenario muy duro debido a los gélidos inviernos y las escarpadas montañas. Durante este tiempo, fueron los propios soldados austrohúngaros los que decidieron construir esta iglesia en 1916. La iglesia fue diseñada por el pintor y arquitecto vienés Geyling, que era teniente del ejército y la construcción dirigida por el teniente húngaro Jablonszky. Además, el artesano tallador de madera tirolés Perathoner, fue responsable de muchos de los detalles de madera de la misma. Los soldados, apoyados en parte por la población civil, se encargaron de construir la iglesia durante 8 meses de trabajo ininterrumpido, descansando únicamente los domingos. Se iban turnando y los batallones que bajaban del frente activo, eran los que se encargaban de la construcción.
Aunque la guerra la perdió el imperio astrohúngaro, en esta zona, a pesar del constante acoso italiano, los soldados austrohúgaros ganaron la última batalla. No obstante, tras el final de la guerra, esta zona pasó a ser parte de Italia hasta la Segunda Guerra Mundial. Durante todo ese tiempo, con Mussolini en el poder, se les obligaban a todos los habitantes hablar solo italiano y a los que hablaban esloveno eran fuertemente castigados. Tras la Segunda Guerra Mundial, esta zona volvió a formar parte de Eslovenia.
Esta es la única iglesia en todo Eslovenia de estilo austriaco y los frescos son de la misma corriente artística de Gustav Clint. Los nombres de los dos más de 2500 soldados que murieron en este frente están tallados en madera sobre las paredes, utilizando la madera de las cajas de las bombas. Hay soldados de todas las nacionalidades porque el imperio astrohúngaro era muy amplio y había muchos alemanes, pero también había húngaros, croatas, eslovenos y muchas nacionalidades diferentes. Un detalle muy emocionante es que la iglesia la consagraron al Espíritu Santo, porque este es aceptado por todas las religiones, incluidas la judía y musulmana. El afán al construir esta iglesia era crear un centro de paz (de hecho es el símbolo principal que adorna la fachada), en el que pudieran realizar sus ritos todas las religiones y, así, había líderes espirituales de cada una de las religiones que profesaban. Actualmente, la iglesia es católica porque los habitantes de la zona profesan mayoritariamente esta religión, pero también realizan a veces ritos ortodoxos.
Toda esta interesante información nos la explicó en un perfecto castellano, un personaje muy especial, con largas y blancas melenas y barba y un símbolo de una paloma de La Paz colgada del pecho....
Cansadas, pero con el alma henchida por el interesante lugar, nos vamos camino Kobarid. Allí encontramos sitio en el Kamp Sider, pegado al río Soca. Es un poco anárquico porque acampas dónde quieres, pero nos ha gustado por sus instalaciones y porque te permite dar un paseo por la orilla del precioso río.
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